El autor teje una trama de enredos tragicómicos por los que atraviesa una apacible familia de clase media en la que nada termina siendo lo que parecía ser.
Félix, un post-adolescente a quien sus padres bautizaron con el mismo nombre que a su perro, se incerta en el mundo laboral y amoroso tomando como guía al Gallego, su cuasi Sócrates porteño. Esta novela relata en sus páginas, la nostalgia, el ridículo, la ingenuidad, el tema del doble, la venganza, la ternura y la hipocresía.