Por su prosa callejera y sincopada y por su realismo salvaje, La curva de la risa es uno de esos libros que no se pueden dejar una vez que se empiezan. Tal cual advierte el autor: “ésta es la increíble historia de un puñado de argentinos que trataron de sobrevivir en un país extraño: la Argentina”.
El lado oscuro de los viajes de egresados a Bariloche, queda aquí expuesto y descripto desde adentro en un relato que encierra -con humor, sexo, droga y rocanrolla eterna alegoría de la lucha entre el bien y el mal.
En ésta, como en tantas otras ficciones, también ganan los buenos y pierden los malos. Sólo que en La curva, los buenos son los malos y los malos resultan ser los buenos.