Luce Irigaray insiste en este libro, que continúa la línea de pensamiento de sus obras anteriores, en la diferencia más que la igualdad de los sexos.
La igualdad de derechos sería necesaria para que aparezca la verdadera diferencia entre hombres y mujeres, que es mucho más compleja que un simple reparto de roles sociales prefabricados. Aceptar la diferencia significa hacerse cargo de una limitación constitutiva de la identidad.
“Yo no soy tú, hombre, yo no soy todo y, en este sentido, yo no represento una unidad del género humano. El género humano está compuesto de dos géneros y ninguno puede ser el modelo del otro.”
Gracias al respeto por la diferencia irreductible, hombres y mujeres podemos amarnos, aunque la comunicación implique una manera más indirecta y menos inmediata de relacionarse.
Amo a ti supone una filosofía que tiene en cuenta dos sujetos y en la que naturaleza y cultura, mujer y hombre, privado y público, sensibilidad e inteligencia, práctica y teoría, cotidianeidad y trascendencia no son valores opuestos ni jerarquizados sino que se intercambian dialécticamente.
Del mismo modo, la escritura de Luce Irigaray, en la tradición de Bataille y Bachelard, cunde lo filosófico y lo poético.