“El futuro nos traerá montones de sorpresas. Montones de cosas nuevas que comprar. Todavía no alcanzo a imaginar cuáles pueden ser, pero ya tengo ganas de comprarlas”, dice el autor en la crónica que dedica al consumismo en este libro, que viene a sumarse a las cosas que el autor tiene ganas de que Ud. tenga ganas de comprar. Y de leer.

Monólogos como el del Dr. Favaloro, le harán temer por su salud…mental. Y se asombrará ante el caso de ése al que le dijeron: “Vamos a hacer un asalto: las chicas llevan la comida y los chicos la bebida”. Y luego se queda con los otros comiendo y bebiendo en la bóveda del banco…”.

Discursos a lo Radrágaz o Fernéndez, en los que la “a”, la “e” o la “o” son vocales tan exclusivas como algunas tarjetas de crédito, alternan con el pastiche de los documentales marítimos de Cousteau, el soliloquio de un asesino serial nacional que admira las ventajas comparativas de sus colegas yanquis, las “Confesiones de un viejo choto” que narra la apasionante vida en el geriátrico o el airado reclamo de un cliente insatisfecho en un porno – shop.

Todos despliegan un humor cruel y desmesurado hasta la exasperación, coloreado por una crítica de costumbres nada inocente, que incorpora automáticamente a Atilio Veronelli a la selección nacional de los provocadores de carcajadas.

Atilio Veronelli ha sido guionista de Antonio Gasalla, Raúl Astor, Juan Molina y Moria Casán. Ha generado sus propios programas de comedia (“Socios”, con García Satur y Soledad Silveyra) y teleteatros (“90-60-90, modelos” entre otros) y escrito letras para los musicales de Susana Giménez. Como actor trabajó en TV con todos los mencionados y con Mario Sapag y en cine bajo la dirección de Solanas, Jusid, Puenzo y Jorge Polaco entre otros.

Egresado de la Escuela Nacional de Arte Dramático, creó espectáculos de café concert y actuó en “La Mesa de los Galanes”, adaptación teatral realizada por él mismo de varios cuentos de Roberto Fontanarrosa.