Nació en marzo de 1949 en Buenos Aires. En 1970 viajó a Europa y se quedó.
Tabita Peralta escribió siempre, pero no lo sabía. Apuntes perdidos o no, cartas con los detalles de una vida que se construía entre mudanzas e informes de militancia de madre de cinco alumnos en la escuela pública francesa.
Siempre leyó y, para distintas editoriales de Barcelona tradujo más de cien autores franceses, de Boris Vian a Edgar Morin.
También fue “negro” de un novelista pero la ética del oficio pide silencio. Sí se puede decir que cuando la transición española conjugó política y sexo, fue editora de revistas eróticas y autora de Las violadoras y La mujer inmediata, novelas de quiosco, libritos que se compraban en las estaciones de tren.
En París, durante unos años, responsable de prensa –y varias cosas más– en la Maison de la Catalogne, la “embajada” catalana. Tras un diccionario para clientes de restaurantes (Zendrera), publicó su primera novela –Retrato de familia (Ed. Emecé, Buenos Aires 2009.
Vive actualmente entre París y el mar, cerca de Barcelona.